En colaboración con Emanuel Tepal Calvario.
Cada sociedad a lo largo de su historia, y en la configuración de la misma, presencia momentos oportunos para modificar o cambiar de rumbo en los diferentes ámbitos y prácticas que la conforman. El impacto de de dichas situaciones de cambio o modificación las padece o las goza la sociedad misma, y las concibe como un acaecer coyuntural. La sociedad de San Pablo del Monte no es ajena a dicha situación. Por el momento no buscamos realizar una “radiografía” del devenir coyuntural sanpablense. Lo que pretendemos aludir por ahora es, lo que a nuestro parecer, se encumbra como momento coyuntural de carácter electoral.
Efectivamente, San Pablo del Monte tiene a la puerta los comicios del 5 de junio del año en curso. Elecciones a las que se percibe el fuerte apuntalamiento de una propuesta que tiene una base y un sentido de izquierda progresista; la cual robustece y clarifica una propuesta perredista nada vacua, al contrario, fortalecida por una línea de pensamiento político que es consciente y que remarca la necesidad e importancia contemporánea de consolidar un gobierno que hace frente a las complejas necesidades sociales sin perder de vista la continua búsqueda del bien común, sin dejar de luchar por la materialización del bienestar social.
En este sentido, el proyecto perredista pisa fuerte, por el pensamiento político que lo nutre, en términos de discurso como de praxis. En términos de praxis se encuentran antecedentes, a nivel municipio, de ayuntamientos bajo esta línea de pensamiento. De hecho, el actual y fuerte proyecto perredista encabezado por el actual candidato a la presidencia municipal Juan Javier Potrero Tizamitl se ve nutrido de esta praxis y, en la persona de Potrero Tizamitl está consolidado en su formación política, profesional y experiencia administrativa. Indudablemente esta praxis acompaña íntimamente al discurso, de hecho, lo llena de contenido y sentido.
Potrero Tizamitl, con sus propuestas de gobierno, significa un punto de quiebre con respecto a la forma de dirigir a la sociedad, de representarla, de restituirle su papel fundamental en el quehacer gubernamental, apostando por un acercamiento concreto entre el ámbito público-administrativo para con la ciudadanía; este espacio de opinión y pensamiento no duda de la transición que está a punto de realizarse una vez ganada la elección por el candidato perredista.
Lo anterior, lo sustentamos en la conocida tesis nueve sobre Feuerbach: “la vida social es, en esencia, práctica”, entendemos que dicha práctica social ha de transformar la sociedad, y somos consientes de que dicha transformación necesita apoyarse de un gobierno comprometido, responsable, apto y abierto a la sociedad misma. Apostamos por una transformación mediante una democracia participativa-consensual entre la esfera política-administrativa y social. Para ello, la propuesta perredista perfila un gobierno que centre la mirada y el trabajo en la conformación de un gobierno con enfoque humano, solidario, moderno, transparente, responsable, incluyente, eficaz y eficiente. Todo ello fortalece y posiciona al proyecto perredista para triunfar contundentemente en los próximos comicios, visible por la enorme adhesión, respaldo y confianza social en el mismo, y que por estas obvias razones, apuntala a un nuevo momento coyuntural en la forma de hacer política y de gobernar en San Pablo del Monte.