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ALDO VALENCIA CONQUISTA POR SEGUNDA VEZ EL ÉVEREST Y PLANTA EN LA CUMBRE EL ESCUDO DE SAN ANDRÉS CHOLULA

  • Compartirá su experiencia con los jóvenes “para mostrar que todo objetivo se puede lograr, por difícil que sea”.

Desde el 23 de mayo de este año, el escudo del Municipio de San Andrés Cholula se encuentra plantado en la cima del mundo, el monte Éverest; ese día, el sanandreseño Aldo Valencia conquistó por segunda vez la altura más alta del planeta Tierra.

Esta vez, el joven alpinista contó con el apoyo del Ayuntamiento de San Andrés, cuyas autoridades, encabezadas por el Presidente Municipal Leoncio Paisano Arias aportó parte del gasto de esta expedición en la que participaron cuatro argentinos, un suizo, una canadiense, dos malayos y un mexicano.

Aldo, con toda una vida por delante, contagia entusiasmo al hablar de este logro y de la forma en que llegó, en poco tiempo, a lograr las habilidades y condiciones físicas y psicológicas para conquistar dos veces ya la mayor altura del mundo.

Hace años, revisando mi lista de todo lo que me gustaría hacer antes de mi último día, descubrí que una de mis mayores aspiraciones era estar en la cima del mundo, comenta; sabía que no era fácil, pero tenía que buscar la manera de lograrlo.

Internet fue su primera herramienta informativa: costo, experiencia, tiempo de entrenamiento.

Aparecieron los amigos dispuestos a entrenarlo: Adolfo Parra y Pablo Mateos. Fueron meses de un entrenamiento riguroso “entre semana en el gimnasio y al fin de semana en la montaña”.

Así llegó, en 2010, la primera oportunidad; se buscó la forma de cubrir los miles de dólares del costo de la expedición, parte de ello con sus ahorros. El 23 de mayo de 2010 llegó a la cima del Éverest por primera vez.

“Llegué a Nepal. Siempre me fijaba cómo lo hacían los expertos y nunca me pasó nada. Fue muy cansado, muy agotador, nunca había estado tanto tiempo viviendo en condiciones tan diferentes: viviendo en campaña, bañarse una vez a la semana, adaptarse a los cambios bruscos de temperatura, de 30 grados a menos diez o menos veinte”, recuerda Aldo.

Gana San Andrés, ganan sus jóvenes

El segundo ascenso al Éverest fue diferente, esta vez Aldo ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de San Andrés Cholula que aportó parte del gasto de la expedición que, en correspondencia,  plantó en la cima del mundo el escudo que identifica al pueblo sanandreseño.

Además, para Aldo ascenso y descenso fueron mejores: “llegué a la cima  con una mejor preparación, muy fuerte, nunca me sentí mal, y estuve en la cima 40 minutos, a diferencia de la primera vez que solo permanecí en la cumbre más alta del orbe 20 minutos. Fuimos la única expedición de ese día que llegamos todos a la cumbre y todos bajamos, vivos y completos”.

El alpinista destaca la importancia del apoyo sanandreseño, “San Andrés gana, en primer lugar que el Escudo de San Andrés Cholula esté en la cima del mundo, a ocho mil 800 metros sobre el nivel del mar”.

Pero hay algo más, este apoyo se orienta a la formación de niños y jóvenes con los cuales compartir la experiencia vivida y “hacerles ver que todo objetivo, por muy difícil o caro que sea, se puede realizar”. Por esto, a partir del próximo ciclo escolar, Aldo compartirá sus experiencias con los niños y jóvenes sanandreseños.

Es necesario inculcar en ellos que todo se puede lograr, ya sea en el deporte, o en cualquier otro aspecto de la vida, explica Aldo. ”Fue una idea del Presidente Municipal Leoncio Paisano, que yo comparta mi experiencia con los jóvenes y los niños; ellos ven que yo pude escalar el Éverest y eso les llevará a descubrir que ellos pueden hacer lo que se propongan, si ponen su esfuerzo, sus cualidades”.

“El deporte es muy importante, explica, el que sea, tanto los de alto riesgo que yo practico, como cualquier otro”, destaca Aldo y abunda: “estas conferencias, este compartir con los jóvenes mi experiencia busca orientarlos para que descubran sus capacidades y sepan que todo lo que se pongan como objetivo lo pueden lograr.

La importancia de trabajar en equipo

Compartir con la juventud sus experiencias es, para Aldo, comunicar una experiencia única, la de estar en la cima del mundo; pero sobre todo, sus historias para llegar a esa cumbre y no sólo el ascenso, sino toda una historia de preparación para llegar a ese momento único de poner el pie en la cumbre del planeta y de llevar hasta esas alturas donde solo dominan el viento y la nieve el nombre y el escudo de San Andrés Cholula.

Pero también quiere contar otra experiencia, la de lo importante que es lograr una meta con trabajo en equipo, “eso es algo que aprendí en el Éverest, no se puede subir solo, es necesario contar con otros compañeros con los cuales se comparten los esfuerzos y los anhelos”.

“Esto es algo que todos debemos aprender, nuestros jóvenes en primer lugar, nada se logra sin los demás, todo esfuerzo requiere  trabajo en equipo, compartir ideales, tareas y esfuerzos, así es el alpinismo y así es toda la vida, puntualiza.

Deja claro que todo objetivo se logra con esfuerzo, con decisión y constancia y que lleva sus riesgos, mayores o menores; recuerda que en la montaña descansan decenas de cuerpos de alpinistas que no lograron llegar a la cumbre u otros que murieron en el descenso, a pesar de la alegría que saborearon en la cima.

El Himalaya es un reto difícil de lograr, se requiere de una preparación rigurosa, de disciplina “me olvide de fumar, tomar, en fin, mi vida cambió por completo, desde el momento en que inicié mi preparación”.

“Valió la pena”, afirma tajante; bien puede ser el resumen de lo que compartirá próximamente con los jóvenes, porque “solo así logramos los objetivos que nos proponemos”.

Hay más objetivos por lograr

Y él aún tiene objetivos por cumplir. El alpinismo no es, desde luego, su plan de vida; sabe que es un deporte que requiere de una gran capacidad física; pero mientras sea posible, tiene planes para el futuro, hay todavía montañas que lo esperan, que lo llaman.

Ya planea para 2017 viajar hacia el Cono Sur y se apresta para subir el Aconcagua, de seis mil 962 metros sobre el nivel del mar. Es un nuevo reto y Aldo Valencia está dispuesto a enfrentarlo, en cuanto se integre un equipo dispuesto a emprender con decisión esta nueva conquista, porque Aldo está enamorado del viento, de la nieve, de las nubes, de las alturas.

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