Por Redacción
Contraseñas que se mezclan, se olvidan o son robadas. A pesar de los problemas que generan, siguen siendo el formato de seguridad más utilizado. Por suerte empiezan a extenderse otros sistemas de autenticación como la biometría, con enormes posibilidades en el campos de los pagos móviles.
Las tecnologías biométricas se basan en la autenticación corporal; esto es, validan la identidad de una persona a partir de característica intrínsecas al individuo como la voz, la huella dactilar, el iris o las vibraciones del cráneo.
En su último dispositivo, el Samsung Galaxy Note 7, el fabricante surcoreano ha apostado por esta tecnología para dotarle de mayor seguridad, ya que se desbloquea escanenado el iris del usuario.
Para conocer hasta qué punto los usuarios están familiarizados con la biometría y están dispuestos a incorporarla en sus métodos de pago, Visa ha realizado un estudio entre más de 14 mil consumidores europeos. En dicho informe ha constatado que la mayoría están interesados en esta tecnología, especialmente cuando se integra con otras medidas de seguridad.
Esto es, el 73 por ciento de los europeos y el 71 por ciento de los españoles consideran que la autenticación de dos factores, es decir, combinando la biometría junto a un dispositivo de pago, es una forma segura de confirmar la identidad del titular de la cuenta.
Un dato que resulta muy interesante para los comercios online, ya que casi un tercio de los consumidores (31 por ciento) reconoce que no se animan a comprar online porque no confían o consideran insuficientes las medidas de seguridad existentes en la actualidad.
Más de la mitad de los españoles (el 58 por ciento) afirman que la autenticación biométrica para los pagos otorgaría una experiencia más rápida y fácil que los métodos tradicionales. Del mismo modo, algo más de un tercio (38 por ciento) considera que este sistema mantendría a salvo sus datos, incluso si el dispositivo se perdiese o fuese robado.
Sin embargo, cuando la biometría es la única forma de autenticación pueden producirse problemas. Al no basarse en un sistema binario, donde la respuesta es correcta o incorrecta (como el PIN), sus efectividad depende de la probabilidad de un emparejamiento correcto.
Por eso funciona mejor cuando se utiliza junto a otros sistemas de autenticación adicional, como el tipo de dispositivo o tecnologías de geolocalización.
Preguntados por el método que prefieren para identificarse, el 81 por ciento de los consumidores ve el sistema de huellas digitales como el método más seguro, seguido de la exploración del iris ocular (76 por ciento). De ahí que más de la mitad (el 53 por ciento) prefieran usar sus huellas dactilares para hacer un pago.
Este es probablemente uno de los sistema de autenticación más conocidos, aunque también más vulnerable, puesto que la falsificación es más fácil que el de otros parámetros.
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