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ACUSAN LÍDERES CAMPESINOS QUE EL TLCN DESPLAZÓ LOS PROGRAMAS NACIONALES PARA EL DESARROLLO RURAL

Por Redacción

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sepultó al Instituto Mexicano para el Café, al Consejo Nacional para la Fruta, a la Productora Nacional de Semillas y a Fertilizantes Mexicanos (Fertimex), distribuidora estatal de fertilizantes para agricultores. Los sustituyó con empresas extranjeras e importaciones. Ahora traemos del extranjero el 47 por ciento de lo que comemos, aseguraron líderes campesinos.

Los campesinos exigen al Gobierno federal formar parte de la renegociación del acuerdo con el objetivo de favorecer al sector agropecuario y con ello reparar “los errores” de los funcionarios que lo firmaron hace dos décadas aceptando las condiciones actuales.

Hace 25 años, el Instituto Mexicano para el Café capacitaba y financiaba a los productores cafetaleros, lo que permitía una producción de casi 6 millones de sacos de café al año. Luego, México se abrió al libre comercio, y actualmente se producen 2.5 millones de sacos.

En entrevista con SinEmbargo, José Jacobo Femat, dirigente de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCYP), recordó que tras la apertura del mercado mexicano, se eliminó el crédito, la asistencia técnica y la distribución de fertilizantes, clave para el cultivo del café, por lo que los pequeños productores dejaron de tener las herramientas para competir con las nuevas reglas de mercado. La mayor parte quebró, dijo.

El Imcafé desapareció y llegó Nescafé, de la suiza Nestlé, o Andatti, de la multinacional FEMSA.

Con Fertimex ocurrió lo mismo. Se privatizó y luego cerró sus puertas. Fue sustituida por importaciones de Ucrania o empresas extranjeras como Bayer, Pioneer y Monsanto, declaró el líder campesino.

La piña y cítricos, de igual forma, quedaron en manos de los intermediarios y grandes empresas como Coca Cola y PepsiCo. Estas firmas obtienen los frutos de Veracruz, Tamaulipas y Colima, los procesan y los comercializan tanto en jugos como refrescos.

En el caso de los granos, fue Cargill, Continental y Gruma quienes acapararon la producción en México de maíz, trigo y sorgo. Son “gigantes de la alimentación quienes imponen los precios al productor”, dijo Jacobo Femat. Aunque campesinos en El Bajío y Sinaloa produzcan más de 10 toneladas de maíz, con eso “no tienen ganancias y viven endeudados; por eso rentan o venden sus tierras”, acusó.

 “Todas las cadenas productivas tenían un referente estatal para el acopio, industria y comercialización. La apertura comercial generó las condiciones para que las empresas privadas invirtieran en los diferentes rubros de todas las cadenas productivas”, resumió.

Ante la incapacidad de competir contra esos gigantes, algunos de los pequeños productores migraron a Estados Unidos, por lo que, ironizó Jacobo Femat, los granos que se importan de allá son producidos por mexicanos migrantes.

“Nuestro país tiene abierto al cultivo 28 millones de hectáreas, de las cuales se aprovechan entre 21 y 22 millones. Si esos 6 millones de hectáreas se recuperaran, se generarían empleos y se impulsaría la producción nacional para satisfacer la demanda interna”, declaró.

FUENTE: SINEMBARGO.MX

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