Skip to main content

COLUMNA COMPARTIENDO TU OPINIÓN; PAULO FREIRE: LIBERALIZACIÓN DEL HOMBRE POR LA EDUCACIÓN

Paulo Freire (1921-1997) fue conocido en todo el mundo por su análisis sistemático de los problemas pedagógicos.

Así como por su filosofía entorno a la liberación que la educación puede proporcionar, siempre debidamente dirigida por el profesor, cuyo papel es entendido como la mitad del proceso del conocimiento, que sólo puede enriquecer el educando, a partir de sus propias experiencias y sus propias aportaciones.

Movimientos renovación pedagógica (f.c 20160514). Paulo Freire y la pedagogía del oprimido. Recuperable en https://goo.gl/1nvFYT, explica ampliamente la trayectoria de Freire, cuyas dos obras más importantes fueron la Pedagogía del oprimido (1970) y La educación como práctica de la libertad (1971).

Sin duda alguna, la visión crítica social que le caracterizó se fue fortaleciendo bajo la influencia del filósofo Rui Barbosa,  el maestro de la “nueva escuela” Anísio Teixeira que propugnaba por una educación crítica en vez de memorística, el médico Carneiro Ribeiro y  el pensador católico Alceu de Amoroso Lima, quienes influyeron en el pensamiento de Paulo Freire, cuyo exilio permitió que estas ideas las conociera el mundo.

Freire estudió Letras y se doctoró en  Filosofía e Historia de la Educación en 1959 con la  tesis Educación y actualidad brasileña, en la que se sientan las bases de su método de alfabetización de 21 días, utilizando la construcción de frases breves  e imágenes y recortes de periódico, bajo la premisa de que “todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo”.

Luego vino el golpe de estado, y por la labor de alfabetización de los adultos lo acusaron de subversivo y así llegó a Bolivia, luego a Chile. Más tarde, en 1967, va como invitado a la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, donde estuvo seis meses como profesor del Centro de Estudios del Desarrollo y Cambio Social.

Finalmente, se dirige a Ginebra, Suiza en 1970, y a invitación del Consejo Mundial de las Iglesias, se convierte en asesor de educación de gobiernos de países como Santo Tomé y Príncipe, Mozambique, Angola y Nicaragua.  Empieza, entonces, la difusión de su pensamiento a través de sus conferencias en distintas partes del mundo.

En 1986 recibió el premio de la UNESCO denominado Paz y Educación, y  fue doctorado honoris causa por diversas universidades del mundo.

Solía decir que el punto de partida de la educación está en el contexto cultural, ideológico, y social de los educandos. Estuvo en contra de tomar a los estudiantes como «recipientes» en los que se «deposita» el saber, y se archivan los conocimientos.

Ahora lo conocemos como aprendizaje significativo, pero Freire fue de los primeros en hablar de la interiorización y comprensión de la realidad del mundo que nos rodea, la cual  -recomendaba- debe ser seguida por la crítica de uno mismo y de su existencia.

En sus conferencias y libros reiteró que la concientización ha sido siempre inseparable de la liberación, así como que la práctica sin la teoría es sólo activismo y la teoría sin la práctica es bla-bla-bla.

Un gran legado dejó Freire a América Latina y al mundo.

Hoy en día en el debate por la educación superior que se ha iniciado en México, es importante tener presente al maestro Paulo Freire para que logremos instituciones, alumnos, maestros, legisladores, hacer posible la utopía de un mundo compartido por el que el pedagogo brasileño siempre guardó esperanza.

¿O no?

Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *