Por Redacción
Investigadores y estudiantes de Sinaloa buscan crear la primera biorrefinería de México para la producción de diversos biocombustibles y derivados, como biodiésel, bioetanol, bioturbocina, glicerina, quitina y quitosano, a partir del piñón, un arbusto silvestre, y de cáscaras de camarón.
La biorrefinería integraría cadenas productivas de sectores como la agricultura y la acuicultura, de acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Teconología de México, según explicó Ignacio Contreras, responsable del proyecto que están desarrollando en la Facultad de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad Nacional Autónoma de Sinaloa (UAS).
La materia prima con que trabajará inicialmente es el arbusto silvestre conocido como pinón o jatrofa, que ha sido objeto de su estudio para la obtención de biocombustible, bioetanol y bioturbosina.
También se trabaja con cáscaras de camarón, desecho que actualmente representa un problema de salud pública en los campos pesqueros de la entidad, y con este proyecto se lograrían incluso su comercialización.
RESPALDO DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD
La construcción de la primera etapa de la biorrefinería se realizará a través de recursos concursables, así como con apoyo de la empresa de Estados Unidos Intrust Global Investments, que “está en alianza con el Gobierno y con la Universidad de Harvard”.
“Se eligieron tres proyectos y pasamos los filtros de viabilidad financiera, técnica y científica. Contrataron a Harvard para que le dijera cuáles proyectos impulsar”, comentó Contreras.
De esta manera, el proyecto no se reflejaría solamente en la publicación de un libro, sino que se convertiría en un proyecto financiero, mediante un modelo que busca recursos privados a nivel mundial.
“Harvard se enfrenta con inversionistas de capital de riesgos reales. En eso estamos. En el desarrollo de la biorrefinería hemos tenido entrevistas con interesados. Ahora, junto con la empresa Intrust, trabajamos en el modelo que nos pide comprobar el concepto de biorrefinería, articulando todos los negocios”, señaló.
En la primera etapa, el proyecto solicitó financiamiento de la Secretaría de Energía para beneficiar el campo y a los pescadores sinaloenses.
“Este proyecto de biorrefinería entrelaza a familias de pescadores, que es donde buscaremos impactar inicialmente: a habitantes del poblado La Reforma, Costa Azul y Playa Colorada en el municipio de Angostura. El impacto sería entre seis mil y diez mil personas, de manera inicial. Se trata de dos millones de dólares versus 400 millones de dólares”, anunció.
BENEFICIOS EN CAMPOS PESQUEROS
El proyecto plantea además que los desechos de camarón dejen de representar un problema ambiental y de salud pública en los campos pesqueros, y que ahora se vuelvan dinero para los pescadores. “Con este proyecto se les compraría algo que están tirando”, advirtió el investigador.
Uno de los propósitos para industrializar es cierta proteína del camarón para la creación de alimentos balanceados.
“Para ello necesitamos la cáscara de camarón y de cangrejo. Podremos obtener un polímero orgánico, con aplicaciones en la agricultura, en la medicina, para el tratamiento de agua. En la parte de biomédica, para prótesis, al ser un polímero natural. En ciertos países lo utilizan”, dijo.
En una segunda etapa, el impacto será a favor de los ejidatarios en los campos agrícolas de Sinaloa.
“Tendremos la posibilidad de formar la empresa con ellos y sus tierras. Todos ellos tendrán acciones dentro de la biorrefinería. Significa que impactaremos en las próximas dos generaciones, en tener el cambio de paradigma: pasar de la mentalidad de las próximas generaciones, para ser hijos de empresarios, con nuevas alternativas y visión del mundo”, argumentó.
La Universidad Autónoma de Sinaloa prevé que el proyecto sea presentado el próximo mes de diciembre en un evento que contaría con representantes de Harvard, autoridades federales y estatales.
“Va dirigido a quien le interese, lo más importante son los impactos sociales, la generación de empleos, con proyectos de biorrefinerías, porque las biorrefinerías conllevan beneficios sociales, económicos y culturales”, agregó.
El proyecto es el primero en el país; sin embargo, el investigador cree que podrá reaplicarse pues demuestra que el negocio es rentable financiera y ambientalmente.
FUENTE: SINEMBARGO.MX