Por Redacción
Desde de hace 12 años en las escuelas Primarias Bilingües Interculturales de Xochistlahuaca, los niños aprenden y trabajan de manera integral a hablar, leer y escribir el amuzgo o el español, de una forma transversal y globalizada, con actividades de campo, deportivas y artísticas en un modelo educativo que ha sido ignorado por el Gobierno.
El proyecto “Una Escuela para la Vida”, comenzó en la primaria El Porvenir de la colonia El Campo, en la cabecera municipal, y ha sido replicada en la escuela primaria, W’aa Yocanch’u Ncue. Un modelo que a partir de la reforma educativa la Secretaría de Educación Pública (SEP) recomienda, y desde hace 12 años los maestros amuzgos trabajan con este modelo.
El maestro y director encargado, Cipriano Benito López, sostiene que el proyecto educativo sí responde a las necesidades de los niños amuzgos. El modelo fue impulsado por la investigadora y pedagoga Jani Jordá Hernández, quien en 2003 escribió el libro Ser maestro bilingüe en Suljaa, autora que en sus textos ha señalado la inequidad de los insumos educativos para las escuelas indígenas del país.
El maestro explicó que el proyecto surgió por la necesidad de que los niños aprendieran a hablar, leer, y escribir su lengua materna, pero también a aprender el castellano. El modelo consta de tres ejes: el taller de primera lengua que es en amuzgo o castellano; la Unidad Didáctica integrada (UDI) donde se imparten de manera simultánea las dos lenguas y el taller de segunda lengua que es oral en amuzgo o castellano.
De manera complementaria una vez terminadas las clases en las aulas, existen tres talleres donde todos los estudiantes participan: la permacultura, donde aprenden a cultivar de manera sustentable y orgánica, verduras y hojas comestibles; el taller de actividades físicas y deportivas; además del taller de artística, que hace más divertido el aprendizaje para los niños.
Benito López recordó que cuando comenzaron el proyecto sólo se trabajaba con el primer taller, pero después se observó la necesidad de que las materias que en el modelo educativo tradicional están divididas por horas, deberían de estar integradas, y así no coartar el aprendizaje de los niños, sino que al mismo tiempo aprendieran español, matemáticas, geografía, ciencias naturales e historia.
Después el esquema de trabajo tuvo que volver a complementarse con un segundo taller oral donde los niños que hablaran el amuzgo aprendieran el castellano y viceversa. Dice que con este sistema de enseñanza los niños tienen una autoestima más elevada, “se sienten seguros de lo que hacen y no se cohíben en decir las cosas”.
Los niños que salen y terminan de este modelo educativo, son bilingües, porque leen y escriben el amuzgo, leen y escriben el español, “y eso para nosotros es un orgullo”, afirma el director encargado. Esta forma de enseñanza también ha sido complementado con los proyectos educativos de María del Carmen Turrent, y Graciela Murrillo.
El director afirmó que la mayoría de las tres generaciones que han egresado de la primaria han seguido sus estudios en el nivel secundaria y espera que pronto ingresen al nivel medio superior.
FUENTE: SINEMBARGO.MX