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En la BUAP se desarrollan estudios sobre psicología matemática. El grupo “Procesos cognitivos y psicología matemática” emplea herramientas computacionales y estadísticas en la investigación.

El grupo “Procesos cognitivos y psicología matemática” emplea herramientas computacionales y estadísticas en la investigación.

¿Cuáles son las diferencias entre el comportamiento individual y el de masas? ¿Cómo se contagia una actitud? ¿Cómo aprendemos un lenguaje o a realizar operaciones matemáticas? Estas son algunas de las preguntas en torno a las cuales realiza sus investigaciones el grupo “Procesos cognitivos y psicología matemática”, de la Facultad de Psicología de la BUAP, liderado por el doctor Alfonso Díaz Furlong e integrado por más de 15 estudiantes y dos docentes, quienes aplican por igual la psicología, la estadística, la ciencia de datos y la inteligencia artificial, entre otras disciplinas.

          “Es falsa la idea de que no hay matemáticas en la psicología porque todo el tiempo hacemos modelos estadísticos cuando hacemos una regresión o una prueba T”, afirma Díaz Furlong, quien se doctoró en Física por la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y es miembro del nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores. Por esta razón, y ante el aumento de datos susceptibles de ser analizados en internet, el académico fundó en 2015 el equipo que el año pasado reunió a tres investigadoras ganadoras de la beca L’Oreal-UNESCO en el taller “Métodos estadísticos y de investigación en ciencias cognitivas”.

          Así, en un mundo donde las redes sociales y el big data juegan un papel determinante en la vida de las personas, la manera como se investiga en psicología se ha adaptado al nuevo panorama. Por ende, los miembros del grupo se han formado con herramientas como Python, Máxima y Geogebra -contenidos que no están dentro de su plan de estudios- para indagar en campos como la economía conductual, la minería de textos y el análisis del discurso.

          En este sentido, una de sus investigaciones en curso consiste en la aplicación del análisis de redes en test psicológicos. A través de la creación de una matriz con vértices y nodos -de la misma forma en como lo harían al analizar datos de Facebook, por ejemplo-, buscan identificar si ciertos reactivos de depresión están relacionados con factores de estrés y ansiedad y así determinar su interrelación.

          Asimismo, están por publicarse los resultados de un estudio en el cual, mediante el análisis del discurso político y la minería de datos, se vinculan los fenómenos mediáticos de la Copa Mundial de Futbol de 2018 y las elecciones presidenciales de nuestro país. “Para este año 2019, una tendencia de investigación es aprovechar las redes sociales, el big data y la inteligencia artificial para estudiar fenómenos sociales”, destaca el especialista, quien cuenta con dos estancias posdoctorales en la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, y la Universidad McGill, en Montreal, Canadá.

          Para este año, el equipo planea entablar una colaboración con la Universidad de Florida sobre el uso de la tecnología en el aprendizaje de las matemáticas en niños de primaria y preescolar. De igual manera, buscará trabajar con la Facultad de Psicología de la UNAM en torno a la sinergia entre neurociencias y computación: “ellos tienen los aparatos para tomar los datos y nosotros la herramienta computacional para analizarlos”.

          Las iniciativas emprendidas hasta ahora y los proyectos futuros, afirma Díaz Furlong, han sido gracias al apoyo y la motivación de los jóvenes estudiantes miembros del equipo. “Si no hubiera sido por ellos, nada de esto hubiera sido posible”.

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