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EL SUICIDIO EN MÉXICO ES YA UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA QUE SE DESPRENDE DE DIVERSAS AFECTACIONES

Por Redacción

El suicidio en México es ya un problema de salud pública que se desprende de diversas afectaciones por inestabilidad mental, por las situaciones económica y social, e incluso por los altos niveles de violencia que se registran en todo el país.

Los médicos especialistas consultados por SinEmbargo alertan que los casos de suicidio en México se han elevado año con año, entre 2012 y 2016, y en algunas de las entidades del país ha aumentado exponencialmente, como el caso de Chihuahua, entidad que por cada 100 mil habitantes reporta una tasa de 11.7 casos, lo que representa el doble de la media nacional en 2016.

Además, las cifras de 2016 muestran que son los jóvenes quienes más se suicidan en México. En primer lugar está el rango de 20 a 24 años, con mil 035 casos registrados; en segundo lugar están los de 25 a 29 años, con 816 casos, y en tercer lugar está el rango de 15 a 19 años, con 774.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo etario que va de entre los 15  y 29 años.

La propia OMS plantea que unas 800 mil personas se suicidan cada año a nivel mundial, y en México el promedio anual de suicidios –desde 1994 hasta 2016– es de 4 mil 440.

Los médicos plantean que la implementación de un programa nacional para la prevención del suicidio podría contribuir a bajar los índices de este problema de salud pública.

Las cifras están muy alejadas de la realidad porque hay muchos suicidios que no se cuantifican. Por ejemplo: en la población indígena y en la de niños en la calle, explica el doctor Alejandro Águila Tejeda. Foto: Especial

LAS CIFRAS Y LOS FACTORES

Una revisión a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) obtenidos del registro defunciones generales, revela que el suicidio aumentó de 2012 a 2016 en 15 por ciento. La evolución del registro de suicidios por año es la siguiente: en 2012 se reportaron 5 mil 550 suicidios; en 2013 fueron 5 mil 909 suicidios; en 2014 se registraron 6 mil 337; 2015 cerró con 6 mil 425, y en 2016 se reportaron 6 mil 370 suicidios.

En ese sentido, el aumento de los casos responde a diversos factores como la depresión, la crisis económica e incluso la vida virtual en la que viven los adolescentes, explica el doctor Alejandro Águila Tejeda, director y fundador del Instituto Hispanoamericano de Suicidología, Asociación Civil, y quien es investigador del fenómeno del suicidio desde hace dos décadas.

“Encontramos tres factores: el primero de ellos es que sí hay una situación de depresión y lo que sucede es que la gente no se atiende o lo hace tardíamente, y quienes se atienden tampoco son pacientes que sigan el tratamiento; es decir, no asumen que tiene un problema crónico”.

El segundo, dice, radica en la crisis económica, “que es la condición emocional en la que se encuentra la gente que está en desempleo o que tiene un nivel de ingreso económico mucho más bajo de lo que puede manejar su situación económica cotidiana”.

El tercero, agrega, se localiza en la vinculación virtual a la que están sometidos los adolescentes.

“El adolescente ha creado un vínculo afectuoso a través de lo virtual y no a través de lo real con manifestaciones expresivas contrarias a lo que pasa en la vida real. Esto genera muchas frustraciones como, por ejemplo: ‘no le dio like, no me contesta, no me sigue’ en las redes sociales. Este tipo de situaciones ha generado en nuestros adolescentes una desvinculación real y una complicada vinculación virtual”, afirma el doctor Águila Tejeda.

“No todos los suicidas son depresivos ni todos los depresivos se suicidan”, la privación voluntaria de la vida es un problema multifactorial, explica la doctora Emilia Lucio Gómez Maqueo. Foto: Comunicación Social, UNAM

Sobre la depresión, la doctora Emilia Lucio Gómez Maqueo, doctora en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y presidenta de la Asociación Mexicana de Suicidología, AC, sostiene que “no todos los suicidas son depresivos ni todos los depresivos se suicidan”, y afirma que el suicidio es un problema de salud pública multifactorial que también tiene que ver con “problemas de salud mental, de pobreza, de personalidad, de ansiedad y de maltrato”.

La Encuesta Nacional de los Hogares 2017, realizada por el Inegi, plantea que el 32.5 por ciento de la población en México de 12 años y más se ha sentido deprimido, mientras que el 66.9 por ciento de la población nunca se ha deprimido. Sin embargo, la OMS estableció que para 2025 la depresión va a ser la causa número de incapacidad de las personas “y por ende el riesgo suicida se incrementa”, destaca el doctor Águila Toledo.

Una solución que podría contribuir a disminuir los índices de suicidios en el país sería la implementación de un Programa Nacional de Prevención del Suicidio, coinciden ambos especialistas.

“Una política pública adecuada para atacar el problema sería tener un Programa Nacional de Prevención del Suicidio, porque se puede prevenir, y no existe ese recursos en el país. Hay muchas acciones pero son aisladas, así un programa tendría que venir desde el Gobierno federal y que desde ahí se coordinen los esfuerzos para no empezar de cero; para eso, claro, se tendría que consultar a los especialistas”, afirma la doctora Gómez Maqueo.

El doctor Águila coincide con su colega e insiste que México requiere con urgencia del Programa Nacional para la Prevención del Suicidio.

“En Latinoamérica el único país que cuenta con un programa de ese calibre es Argentina y lo que consideramos es que las leyes se concreticen con respecto al fenómeno y al problema, para que a través de una Ley para para la prevención del suicidio todas las instancias de salud gubernamental preparen a sus equipos médicos”, explica.

El especialista en Psicoterapia Psicoanalítica enfatiza que la educación es otra herramienta para que la gente conozca y se concientice sobre la gravedad del problema. “Una vez acotado, desde ahí habría que plantearles todas las condiciones que pueden ser factores protectores: hablamos de la integración familiar, de la comunicación y promoción de la salud mental en la medida que alguien esté en las mejores condiciones para enfrentar una crisis económica o una depresión y que no pensará en el suicido sino en las soluciones que hay para salir del problema”, dice Alejandro Águila.

 

FUENTE: SINEMBARGO.MX

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