“Los imperios son eso: imperios”.
Abel Pérez Rojas
La vox populi dicta que, en México, ningún candidato se convierte en presidente de la república sin el visto bueno de los Estados Unidos.
En las conversaciones de café, se vierten miles de razones por las cuales los Estados Unidos no sólo tienen metidas las narices sino el cuerpo entero en el proceso electoral de cada seis años.
Entre los motivos principales se aduce que, tratándose de la principal potencia militar y económica, no se ve impedimento alguno, pues, si intervienen en los asuntos domésticos del otro extremo del planeta, ¿por qué no habría de hacerlo con su vecino del sur?
Porque, al fin y al cabo, es un asunto de seguridad nacional para los Estados Unidos determinar quién dirija las riendas del gobierno vecino.
¿Acaso los Estados Unidos accederían a que en México gobernara alguien contrario a su política imperialista de expansión?
Al menos el entreguismo de las últimas seis administraciones, y el rumbo que tomaron principalmente las elecciones de 1988 y 2006, parecen confirmar que de ninguna manera pasará alguien contrario a sus designios.
La pregunta planteada encuentra cabida en el contexto del Lebensraum o espacio vital indispensable para que el imperio estadounidense cumpla su estrategia hegemónica, sintetizada en la premisa: “América para los americanos” que en realidad se refiere a “América para los estadounidenses”.
A lo anterior, cabe agregar que Donald Trump no sólo viene a cumplir las promesas de campaña -las cuales se cimentaron en el odio racial y su animadversión contra México- sino viene por todo, pues, como empresario cuando no gana, arrebata.
Por otra parte, no debe perderse de vista que el mismo proceso electoral en el que resultó electo Trump ha sido severamente cuestionado por la presunta intromisión rusa, a través de hackers, que decidió la elección en contra de Hillary Clinton, por una pírrica diferencia, en estados claves, de alrededor del uno por ciento de los votos.
Si es cierto como afirman los demócratas que los servicios de inteligencia rusos decantaron la elección a favor de Trump ¿qué se puede esperar de un país como México con un sistema electoral más vulnerable (comparativamente hablando en relación con quienes hasta hace poco se decían ejemplo de las democracias modernas)?
¿Está a la altura el sistema electoral mexicano de resistir una intromisión como esa de la que se quejan los republicanos?
Para serles franco, lo dudo.
Y es que en ese mismo tenor ¿cree usted que los norteamericanos permitirán la intromisión o al menos coqueteo de los chinos, sólo por ponerle un ejemplo?
Por supuesto que quien aspire a ser presidente de México debe tener todo esto muy claro, si no ¿cómo podría decir alguien que tiene posibilidades reales de gobernar este país?
En este tenor recuerde usted las revelaciones de Wikileaks (1) de las reuniones de los candidatos presidenciales en el 2006 con el entonces embajador norteamericano Tony Garza.
El tiempo dirá hasta qué punto toda esta serie de especulaciones se cumplieron puntualmente y cuáles otras fueron producto de la imaginación.
Al tiempo.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.
- Reunión de Andrés Manuel López Obrador con el embajador Tony Garza. Cable 06MEXICO505. http://wikileaks.jornada.com.mx/cables/elecciones/reunion-de-andres-manuel-lopez-obrador-con-el-embajador-tony-garza-cable-06mexico505/