“¿Qué queda si la vida vale tan poco?”
Abel Pérez Rojas
“No vale nada la vida / la vida no vale nada…” resultó profética para México la famosa canción de José Alfredo Jiménez, ante la suma de asesinatos perpetrados y lo que cuesta una muerte por encargo.
No vale nada la vida decimos al enterarnos a través de estudios como los de la compañía japonesa Trend Micro, que mientras en otros países contratar a un asesino ronda los 45 mil dólares, en México por dos cartones de cervezas puede un violador quedar libre o por 5 mil pesos alguien puede matar a sangre fría.
Si al panorama anterior agregamos situaciones claramente identificadas como las que se viven con los feminicidios en Ciudad Juárez, el Estado de México o Puebla, podemos entender con claridad por qué en México –en cada vez más regiones de México- la vida no vale nada.
A la conclusión de que en México cada vez vale menos la vida, llegamos a través del artículo (20160223) Los 300 mil muertos. El Universal.com.mx, donde Alejandro Hope, analista de seguridad, realizó un ejercicio muy sencillo, pero puntual que nos permite atisbar la dimensión de la tragedia violenta que se vive en México.
Hope consultó el número de personas asesinadas registradas por el INEGI durante el sexenio de Felipe Calderón (121,163) y los comparó al comportamiento en el mismo rubro de los primeros años de la actual administración.
En la contrastación puede verse que de seguir la tendencia hasta ahora mostrada, al concluir el actual sexenio, la administración federal anterior dejará de ser la más sangrienta en la historia reciente de nuestro país y será desplazada por la gestión de Enrique Peña Nieto con alrededor de 130 mil homicidios.
De tal manera que si se suma la cantidad de homicidios de las dos más recientes administraciones federales con la cifra negra de Vicente Fox -dice Alejandro Hope-, en México habrían sido asesinadas más 300 mil personas en dieciocho años.
Para contar con un punto de referencia de la barbarie, Hope remata diciendo que la cantidad anterior equivale a haber arrasado con la población total de una ciudad de tamaño medio, por ejemplo Ensenada.
Hasta aquí el ejercicio estadístico y comparativo de Hope, que por supuesto da pie para realizar una serie de reflexiones y conclusiones.
Después de tres sexenios ni los gobiernos del PRI ni los del PAN pueden garantizar que la llamada Guerra contra el Narcotráfico sea ganada para el pueblo de México, ni que cuenten con un plan propio e inédito para acabar con la situación de sangre de nuestro país.
Pero, después de ver el actuar de autoridades locales y estatales de otros partidos, tampoco se tiene alguna certeza que cualquiera otro de los institutos restantes pueda ofrecer alguna alternativa viable, real y no sólo discursiva.
Dentro de las fallidas estrategias de combate a la violencia ha quedado evidenciada la exposición, y uso ineficaz policial del ejército, el cual hasta hace algunos años se veía como la institución de honorabilidad incuestionable, pero que después de casos como los de Tlatlaya o Ayotzinapa, ha quedado su actuar en entredicho.
Vista el alza en el comportamiento de los índices de homicidios en México, sólo cabe confirmar que en efecto, en México cada vez vale menos la vida. ¿O no?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com.