Ixchel Pérez Hernández
Es erróneo pensar que las personas que poseen habilidades más desarrolladas que el promedio pueden afectarte a ti y a tu desempeño.
Que por no tener ese “algo” que otros tienen, eso te pone en una posición inferior y que, según tú, ese es un motivo por el cual no puedes llegar a alcanzar lo que quieres llegar a ser.
En la actualidad pareciera que la persona que destaca en una determinada área es símbolo de triunfo y apreciación. Y en algunos casos es de admirarse, pero no es el único factor en el cual centrarse.
Al pensar que lo que sucede en el exterior determina tu progreso, significaría que estamos dependiendo de algo que es muy variable y que si lo que realizamos no llena nuestras expectativas, perderemos.
Perderemos algo que a nuestro criterio no es lo que esperábamos, y por consecuencia tendríamos una desilusión por el “fracaso” que hemos obtenido.
Todo este tema que estoy exponiendo es porque hace unos años pensaba que por haberme iniciado en el violonchelo a una cierta edad tardía -15 años-, no podía llegar a ser un músico profesional. Aún estoy en el proceso, pero me ha servido darme cuenta de esto que te platico.
Me pasaba el tiempo comparándome con personas que habían iniciado a una edad más temprana (como es el caso de otras culturas) y que, si yo hubiera iniciado en años anteriores, hubiera adelantado mi progreso y estaría viendo otras cosas. Pese a eso, me di cuenta que ese panorama que tenía de mí, no me estaba llevando a ningún lado, ni tampoco estaba disfrutando de lo que estaba creando y del progreso que estaba logrando.
Esta forma de pensar me creó frustraciones innecesarias que más adelante encontrarían salida.
Un día encontré una frase que hasta hoy me ha estado dejando una gran enseñanza, ya que te ayuda a ver ciertas cosas de distinta manera.
Te la comparto: “El éxito de otros no significa tu fracaso”.
El famoso “éxito” que esperamos obtener, realmente es un concepto que nos envenena y nos limita, nos presiona innecesariamente. Cada persona tiene su propia idea de cómo convertirse en “exitoso”, depende mucho de la educación que hayan recibido y las experiencias que hayan vivido, pero, nos ocasiona un sufrimiento innecesario al querer poseerlo.
Ahí fue donde me ayudó esta peculiar frase, me sirvió para darme cuenta de que realmente no había perdido tiempo, y que la vida no es una competencia. Cada quien tiene su propio camino por recorrer y descubrir.
No hay que limitar el punto a donde llegaremos, a lo que lograremos hacer en cierto tiempo. Porque esas expectativas que creamos en nuestra cabeza, le quitan vivacidad a la finalidad de lo que hacemos y creamos en el presente.
Dejemos fluir la vida. No nos cerremos a conceptos, abrámonos a nuevos enfoques y démonos la libertad de disfrutar lo que hacemos.
¿A poco no, compañero de viaje?
Ixchel Pérez Hernández es estudiante de música e historia del arte. Dirige Sabersinfin.com Alemania.