• Se incluyeron estrategias orientadas a brindar herramientas a todos los sectores de la población para entender, participar y beneficiarse de la evolución demográfica del país, subrayó.
• Esta Administración ha dado los primeros pasos para generar una cultura de la prevención para prevenir el embarazo adolescente, pero también para evitar que sean víctimas de abuso, destacó.
• Erradicar el abuso sexual en la infancia y la adolescencia cuenta con un marco de acción concreto en el Protocolo para la Prevención del Abuso Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes, señaló.
• Ofreció una conferencia de prensa en conjunto con Patricia Chemor Ruiz, Secretaria General del Consejo Nacional de Población.

Eduardo Sánchez Hernández, Coordinador General de Comunicación Social de la Presidencia y Vocero del Gobierno de la República, ofreció una conferencia de prensa junto con Patricia Chemor Ruiz, Secretaria General del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en la que se brindaron detalles sobre las múltiples facetas de la política demográfica de la actual Administración, en especial las campañas para prevenir el embarazo adolescente y el abuso sexual en la infancia y la adolescencia.

El Vocero del Gobierno de la República señaló que entre 2002 y 2012 hubo un rezago en el acceso a la información sobre anticoncepción y planificación familiar, lo que propició un repunte en indicadores alarmantes como el embarazo en adolescente.

Indicó que “para revertir esta situación, al inicio de la Administración del Presidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Gobernación, a través del CONAPO, presentó el Programa Nacional de Población 2014-2018, con el objetivo de convertir una política de planificación familiar en una auténtica política de población del Estado mexicano”.

“Por ello, a la planificación familiar se le añadieron enfoques de atención diseñados para contribuir en la inclusión, prosperidad y al ejercicio de los derechos de toda la población”, agregó.

En este Programa Nacional de Población, continuó, “se incluyeron estrategias orientadas no solamente a mantener o reducir el crecimiento demográfico, sino a brindar herramientas a todos los sectores de la población para entender, participar y beneficiarse de la evolución demográfica del país”.

Eduardo Sánchez expuso que “según el Censo General de Población y Vivienda llevado a cabo por el INEGI, en el año 2000 había poco más de 100 millones de mexicanos. Si la tasa de natalidad se hubiera mantenido igual a la que existía a mediados de los años setenta, para el año 2000 habríamos alcanzado una población de 153 millones de personas. Estamos hablando de 53 por ciento más de lo que realmente ocurrió. Este logro repercutió en cambios en el perfil demográfico de la población”.

“De ese tamaño es la importancia de una política de Estado para la planificación familiar”, apuntó. “Este logro repercutió en cambios en el perfil demográfico de la población”.

Precisó que hoy, según la encuesta intercensal 2015 del INEGI, “el 18 por ciento de la población corresponde a adolescentes de entre 10 y 19 años de edad, cuando en 1970 representó sólo el 11.4 por ciento de los mexicanos. Como producto de esta transformación, los embarazos en la adolescencia presentaron un incremento de 10.8 por ciento desde 2010. Esto es muy grave”.

Refirió que “como respuesta, en 2015 se implementó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, a fin de reducir en 50 por ciento la tasa de fecundidad de las adolescentes entre 15 y 19 años y erradicar embarazos en niñas menores de 14 años, en congruencia con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas”.

Lograr esta meta, aseveró, “será responsabilidad de las administraciones subsecuentes. Sin embargo, en los últimos años se han logrado avances que facilitarán el logro de este objetivo”.

Por ejemplo, dijo, “hoy las mujeres en edad fértil permanecen 8.9 años en la escuela, es decir, casi están terminando la secundaria, mientras que en 1990 solo concluían la primaria. Esto ha facilitado que más mujeres puedan insertarse en el mercado laboral; en 1990 sólo 20 por ciento de ellas participaba en las actividades económicas remuneradas, mientras que en 2018 representan prácticamente el 50 por ciento”.

Indicó que “de igual forma, la planeación y espaciamiento de los embarazos ha contribuido a evitar muertes infantiles y maternas”.

El Vocero del Gobierno de la República subrayó que “estos logros que hoy perfilan un mejor futuro para las y los mexicanos, van acompañados de retos que aún es preciso resolver como la erradicación del abuso sexual de niños y adolescentes”.

En este sentido, aseguró que “esta Administración ha dado los primeros pasos para generar una cultura de la prevención, mediante campañas de concientización sobre la importancia de hablar con nuestros hijos para prevenir el embarazo adolescente, pero también para evitar que sean víctimas de abuso”.

Señaló que “erradicar el abuso sexual en la infancia y en la adolescencia cuenta con un marco de acción concreto en el Protocolo para la Prevención del Abuso Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes, el cual se publicó en octubre del año pasado en el Diario Oficial de la Federación”.

Indicó que este protocolo “contempla acciones de prevención primaria como campañas de difusión y acciones de prevención secundaria, las que implican intervenciones directas cuando se sospeche que existe abuso”.

Eduardo Sánchez recordó que “desde la década de 1970, el Estado mexicano cuenta con una política pública de población que ha evolucionado con el tiempo, guiada por un sólo hilo conductor: ofrecer a las y los mexicanos herramientas y la información que necesitan para tomar las decisiones que más convengan a su salud, economía y bienestar”.

Resaltó que la población de México ha cambiado enormemente durante los últimos 90 años. Transitamos de una población vulnerable y que moría joven, a una que vive cada vez más y en mejores condiciones.

Afirmó que “hoy estamos cerca de lograr la llamada tasa de reemplazo, es decir, que cada mujer o pareja tenga en promedio dos hijos”.

“Sin duda alguna, aunque los retos seguirán evolucionando, la política de población del Estado mexicano seguirá ajustándose a ellos para lograr el objetivo principal: que los que estemos, estemos bien; que vivamos más y mejor y que las futuras generaciones tengan aún mejores oportunidades que las que hemos tenido nosotros”, concluyó.