Miles de personas volvieron a las calles el sábado por la noche en Israel para pedir la destitución del primer ministro Benjamín Netanyahu, informó Haaretz.
Las protestas fueron encabezadas por activistas y residentes de comunidades cercanas a la frontera con Gaza y el Líbano que fueron evacuados de sus hogares.
Cientos se manifestaron en la ciudad de Cesarea, cerca de la residencia privada de Netanyahu. El exdiputado de Meretz, Yair Golan, dijo a la multitud: “Este terrible hombre que no tiene consideraciones políticas, de seguridad o humanas en su corazón más que su propio beneficio personal, arrastró y sigue arrastrando a Israel al desastre”.
“Desde el punto de vista de Netanyahu, solo hay una salida a su situación actual: todo lo que quiere es una guerra sin fin, sin fechas ni objetivos claros”.
Golan se dirigió al ministro Benny Gantz y le pidió abandonar el gobierno. “Tú y tus amigos no tienen nada que hacer allí. Él se opondrá a cualquier posible beneficio que traigan. Mientras Netanyahu sea primer ministro, el proceso de curación no puede comenzar. Debemos actuar con todo vigor para iniciar una protesta grande, prolongada y decisiva de la que Netanyahu no tendrá más opción que ir a elecciones rápidas”.
Roni Neumann, tío de Rotem Neumann, asesinada en el festival de música Nova, dijo: “Una gran mayoría piensa que este hombre despreciable que envía soldados a la guerra pero tiene miedo de asistir a sus funerales debe irse a casa”.
Afirmó que si liberar al asesino de su sobrina ayuda a devolver a los rehenes retenidos en Gaza, apoya su liberación inmediata.
“Una y otra vez, cuando sus intereses personales chocaron con el bien del Estado, eligió el interés personal”, dijo Neumann sobre Netanyahu, y agregó: “Si queremos asegurarnos de que no elija su interés personal a expensas de nuestros soldados, debe irse ahora”.
Sigalit Hillel, madre de Uri Tchernihovski, un estudiante de ingeniería eléctrica de 29 años que trabajó en el festival Nova y que fue asesinado allí, habló en Tel Aviv: “Durante cinco días enteros busqué a mi hijo y en esos días difíciles y los que siguieron, nuestro sentido del liderazgo en Israel se evaporó”.
“Durante cinco días nadie vino a mi casa, nadie se interesó ni se ofreció a ayudar. Hasta este momento nadie ha venido. Me dejaron con mi vida como a mis queridos hijos y muchos cientos de personas fueron abandonadas”.
Fuente: © EnlaceJudío