Ciudad del Vaticano, 6 de mayo de 2025 – Con una Plaza de San Pedro colmada por más de 45.000 fieles y visitantes, el Cónclave para elegir al Papa número 267 comenzó este miércoles entre gran expectación y tensión, luego de un retraso de dos horas en la primera señal de humo. El esperado momento llegó finalmente a las 21:00 horas (tiempo local), con una fumata negra que indicó que aún no se ha alcanzado el consenso necesario para designar al nuevo Pontífice.
La jornada inició con la misa Pro Eligendo Pontifice, celebrada en la Basílica de San Pedro y presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. En su homilía, el cardenal enfatizó la necesidad de unidad y desprendimiento personal durante este proceso crucial para la Iglesia, recordando que la verdadera comunión eclesial se basa en la diversidad unida por la fidelidad al Evangelio.
Por la tarde, los 133 cardenales electores fueron convocados en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Desde allí procesionaron solemnemente hasta la Capilla Sixtina, donde realizaron el juramento de confidencialidad y compromiso ante los Evangelios, antes de que el maestro de celebraciones litúrgicas pontificias, arzobispo Diego Ravelli, pronunciara el tradicional Extra Omnes («¡Todos fuera!»), marcando oficialmente el inicio del Cónclave a las 17:43 horas.

Aunque estaba previsto que la fumata –la señal visual del resultado de la votación– apareciera alrededor de las 19:00 horas, fue hasta las 21:00 que se vio salir el humo negro de la chimenea sobre la Capilla Sixtina, lo que incrementó la tensión y expectativa en la plaza.
Para que uno de los cardenales sea elegido como nuevo Papa, se requiere una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos. Las deliberaciones continuarán el jueves con hasta cuatro votaciones posibles –dos por la mañana y dos por la tarde–, aunque solo habrá una fumata en cada periodo si los escrutinios no resultan concluyentes.
La Iglesia y el mundo siguen atentos al desarrollo de este proceso solemne que marcará el inicio de un nuevo capítulo en el liderazgo espiritual del catolicismo.




