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SE REQUIERE UNA ESTRATEGIA NACIONAL PARA CONSOLIDAR LA INVESTIGACIÓN SOBRE CÁNCER EN MÉXICO

  • Finaliza la Cuarta Reunión del Colegio Mexicano para la Investigación del Cáncer.

Debido a que la investigación sobre cáncer en México está desarticulada, se requiere una estrategia nacional enfocada al fortalecimiento de los posgrados, mejorar el financiamiento y coordinar a los grupos científicos para atender prioridades en el estudio y tratamiento de este mal, coincidieron especialistas durante el tercer y último día de la Cuarta Reunión del Colegio Mexicano para la Investigación del Cáncer (CMIC), con sede en el teatro del Complejo Cultural Universitario de la BUAP.

En la mesa redonda “Prioridades de investigación en cáncer en México”, los expertos expusieron un panorama general sobre el tema y sus retos.

Juan Pedro Laclette San Román, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, consideró que es necesario definir las prioridades del desarrollo científico para focalizar esfuerzos y aprovechar los recursos.

En esta dirección, dijo, deben multiplicarse las capacidades de los posgrados y el gobierno mexicano debe invertir el obligado uno por ciento del Producto Interno Bruto –como lo establece la legislación- en ciencia, tecnología e innovación.

“El desarrollo científico en el país es una aventura reciente, pues al inicio de la segunda mitad del siglo XX se contaba con unos cientos de investigadores activos. Fue hasta 1970 cuando se creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual amplió las funciones para otorgar becas de estudios de posgrado y establecer centros de investigación, cerca de 250. A estas acciones se suman los 50 mil investigadores en el país, 28 mil de ellos miembros del Sistema Nacional de Investigadores”, planteó el ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

Con respecto al financiamiento de la investigación, Miguel Betancourt Cravioto, director de Soluciones Globales en Fundación Carlos Slim, refirió que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) establece un promedio de 2.4 por ciento del Producto Interno Bruto para ser destinado a la ciencia. Sin embargo, México sólo invierte el 0.6 por ciento a este rubro, un porcentaje menor en comparación con otras naciones, como Estados Unidos, España y Bélgica.

“Frenar el desarrollo científico y tecnológico repercute en el avance del progreso social y económico”, comentó. En su opinión, el gobierno debe modificar sus políticas para crear un círculo virtuoso, en el que se establezca un esquema de vinculación de los sectores público, privado y social.

Por su parte, Gabriela Dávila Loaiza, directora Regional de Investigación Clínica del Norte de Latinoamérica de Pfizer, resaltó que México no es un mercado fuerte en investigación clínica. Por ello, es relevante trabajar en una legislación que promueva los diferentes tratamientos contra el cáncer, entre ellos la terapia génica, la cual dispone de pocos recursos.

Para avanzar en materia de investigación sobre este mal, señaló como factores determinantes priorizar las áreas de investigación sobre cáncer y establecer alianzas entre diversos organismos, profesionalizar la investigación clínica, crear y estandarizar una base de datos, además de mejorar la infraestructura disponible y proponer igualmente procesos estandarizados.

A esta afirmación se sumó Adrián Daneri Navarro, coordinador de Investigación del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Guadalajara, quien coincidió en consolidar todos los ámbitos de la investigación sobre el cáncer, así como impulsar recursos humanos capacitados.

“Generalmente, los científicos nos centramos mucho en las publicaciones y olvidamos que este conocimiento debe estar al servicio de la salud de las personas y atender problemas nacionales”, indicó.

En este sentido, dijo que los esfuerzos deben enfocarse en conformar y consolidar grupos de investigación; generar alianzas estratégicas a nivel nacional e internacional; optimizar la infraestructura y cuidar la formación de los futuros cuadros científicos; procesos de investigación de calidad; certificación, validación de instrumentos y seguimiento de pacientes.

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