Por Orlando Xique
Cada 8 de Septiembre, en una de las mesetas de la gran pirámide de Cholula, se realiza la tradicional “Quema de los Panzones”, figuras que están hechas a base de cartón, carrizo, papel china, pólvora y rellenos de frutas, que representan a los mayordomos de los Barrios de Santa María Xixitla, San Matías Cocoyotla y San Bernardino Tlaxcalancingo.
En entrevista para revista derecho información con sentido… derecho, el señor Josafat Ramírez, apuntó que lleva 5 años siendo mayor del barrio de San Matías Cocoyotla, cargo que ha desempeñado con mucho gusto, ya que los mayordomos lo eligen porque le tienen un gran respeto.
En ese sentido señaló que la figura de mayor es muy importante dentro de la comunidad de San Matías Cocoyotla, ya que es la persona que manda en todo el pueblo, pues el mayordomo tiene que seguir sus indicaciones, haciendo todo lo que se le ordena, para llegar a ser mayor es requisito indispensable haber sido mayordomo.
Por otro lado el mayordomo Sr. Demetrio Texca, es la persona que representa a todo el pueblo en los demás barrios, y es quien se encarga de organizar la colecta para recaudar recursos económicos, para de esta manera llevar a cabo la quema del Muñeco “Panzón”, en el Cerrito de los Remedios.
Una vez terminada la «Quema de los Panzones», los Hijos Cooperantes del pueblo degustaron del rico y tradicional taco placero, que consiste en rajas de chile poblano rojo, cecina, queso, frijoles, aguacate y pápalo todo lo anterior ofrecido por el Señor Demetrio Texca mayordomo del Pueblo.
Versiones orales de los abuelos y los señores principales de San Matías Cocoyotla, cuentan que la “Quema de los Panzones”, tiene un significado simbólico, ya que en la época Prehispánica 3 personas de 3 comunidades se sacaron el corazón para ofrecer un sacrificio, y que esta quema de los panzones se recuerdan a los 3 rebeldes que son: Pueblo de San Matías Cocoyotla, Pueblo de San Bernardino Tlaxcalancingo y Barrio de Santa Maria Xixitla.
“Los panzones” también representan una herencia prehispánica, cuando los antiguos cholultecas realizaban el sacrificio de personas en la cima de la gran pirámide o Tlachihualtepetl (del náhuatl “cerro hecho a mano”), para favorecer la voluntad de sus dioses y compartir su carne, de ahí que el panzón sea rellenado de fruta y ésta cae cuando la figura es quemada, para que los presentes la compartan.